Ecuador: Polémica por figuras del correísmo en el gobierno de Noboa
La reciente conformación del gabinete del presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, ha generado controversia en Ecuador. La inclusión de figuras con fuertes vínculos al correísmo, el movimiento político liderado por el expresidente Rafael Correa, ha desatado críticas y cuestionamientos sobre el rumbo que tomará el gobierno.
¿Un regreso al pasado?
Nombres como Fausto Jarrín, exabogado de Rafael Correa, y Marcela Holguín, exasambleísta correísta ahora al frente de los medios públicos, han despertado inquietudes. Incluso el nombramiento de Carolina Jaramillo como vocera, quien ha mostrado una postura crítica hacia el gobierno en el pasado, ha alimentado la incertidumbre.
Los críticos temen que estas designaciones sean un indicio de un posible retorno a las prácticas autoritarias que marcaron la administración de Correa, caracterizada por la persecución a la prensa y a la oposición.
Fausto Jarrín: el operador en la sombra
La figura que genera mayor preocupación es, sin duda, Fausto Jarrín. Este exasambleísta y abogado de confianza de Rafael Correa ha sido señalado como un operador clave detrás de escena en el gobierno de Noboa. Jarrín defendió legalmente a altos funcionarios del correísmo investigados por corrupción, incluyendo a Fernando Alvarado y Alexis Mera.
Aunque no ocupa un cargo formal en el gobierno, su influencia es innegable. Estuvo presente en la investidura de Noboa y desempeñó un papel fundamental en la Asamblea Nacional, contribuyendo a que el oficialismo obtuviera el control de la presidencia legislativa y las principales comisiones parlamentarias.
Según fuentes locales, Jarrín, a pesar de no ser funcionario público, es considerado una pieza clave en la gestión política de Daniel Noboa, lo que ha levantado serias dudas sobre la independencia y la transparencia del gobierno.
El futuro político de Ecuador se presenta incierto, con una ciudadanía dividida entre la esperanza de un cambio y el temor a un regreso a las políticas del pasado.